Un recuerdo para el Héroe
Chico Méndez
Cuando
llegue a Montevideo hace mas de diez años estando una tarde en el cuarto de la pensión donde viví
escuche una canción que me agrado mucho era del grupo mexicano Maná, la canción
se llama “Cuando los ángeles lloran”. De inmediato mi compañero de pieza, Juan
Manuel me contó la historia del héroe amazónico Chico Méndez , con lujo de
detalles; la conocía bien por que era y es una persona muy formada, además era
de Rivera y vivió mucho mas de cerca la historia. Sin dudas Chico Mendes fue en héroe
en la defensa de la Amazonía
que hoy día los grupos de poder que son los mismos de siempre (aunque este la
izquierda en el poder) no recuerdan por que nos les conviene, por que se opuso
a sus intreses, y fundamentalmente por que era pobre. Es un ejemplo a seguir
que no debemos olvidar. Para que todos sepan un poco más qui les dejo una
historia de Chico Mendes.
Chico
Mendes, conocido internacionalmente por su lucha en defensa de la Amazonia y por impulsar la Alianza de los Pueblos de la Selva fue asesinado el 22 de
diciembre de 1988, en Xapuri, pequeña ciudad de la Amazonia brasileña
próxima a Bolivia.
Chico
Mendes era un recolector de caucho, un seringueiro, descendiente de los
emigrantes nordestinos asentados desde hace un siglo en la Amazonia. Nació en
1944 en un seringal llamado "Puerto Rico", en el Estado brasileño de
Acre. Comenzó a trabajar a los nueve años y hasta los 24 no aprendió a leer.
Era un luchador nato, y desde joven desarrolló una infatigable labor en defensa
de los seringueiros. Participó en la creación de la Central Única de
Trabajadores y del Partido de los Trabajadores. Chico Mendes fue el principal
impulsor del "Conselho Nacional dos Seringueiros". Su oposición a la
deforestación que afectaba a Acre y su defensa de los pueblos de la floresta
(indios, recolectores de caucho y habitantes de las riberas de los ríos, entre
otros), le dio una gran proyección internacional. De seringueiro se transformó
en sindicalista y de sindicalista en ecologista.
Chico
Mendes, conocido internacionalmente por su lucha en defensa de la Amazonia y por impulsar la Alianza de los Pueblos de la Selva fue asesinado el 22 de
diciembre de 1988, en Xapuri, pequeña ciudad de la Amazonia brasileña
próxima a Bolivia. Los asesinos materiales fueron el terrateniente Darly Alves
de Silva y uno de sus 21 hijos, Darcy Alves Pereira, que fueron juzgados y
condenados, pero escaparon en 1993 sin muchos problemas de la cárcel de Río
Branco, capital del estado de Acre, siendo nuevamente apresados tres años más
tarde.
"A
Chico le gustaba mucho jugar al dominó. Llevaba jugando desde las cuatro de la
tarde. A las seis y media le pedí que parase, para servir la cena. Entonces se
levantó de la mesa, dijo que iba a ducharse y me preguntó si podía usar la
toalla que le había regalado por su cumpleaños. Le dije que sí, tomó la toalla
y se dirigió hacia la puerta. Abrió una rendija, vio que estaba oscuro y
volvió. Tomó una linterna , abrió la puerta y entonces le dispararon".
Ilzamar
Gadelha, esposa de Chico Mendes, que entonces tenía 24 años, recuerda con estas
palabras los últimos momentos de su marido, a quien el día 22 de diciembre un
tiro de escopeta disparado por Darcy Alves le segó la vida. Darly y Darcy eran
de la Unión
Democrática Ruralista, latifundistas brasileños con una larga
lista de asesinatos en su haber, dice la viuda de Chico.
El
asesinato de Mendes, de no ser por la repercusión que tuvo en Brasil y en otros
países, habría quedado tan impune como los más de 1.000 crímenes de dirigentes
sindicales, militantes de izquierda, abogados, sacerdotes de la teología de la
liberación e indígenas registrados en los últimos años en la Amazonia brasileña. Tras
la muerte de Mendes los asesinatos se han seguido produciendo, aunque a una
escala menor, pero con la misma impunidad. El 26 de marzo de 1998, 10 años
después, fueron asesinados 2 líderes del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin
Tierra (MST) en Parauapebas, en Pará, uno de los municipios donde la lucha por
la tierra es más violenta. En Pará han sido asesinados más de 500 campesinos
pobres en la última década. Los conflictos por la tierra y la destrucción del
bosque tropical son las dos caras de la política de ocupación de la Amazonia.
El 9
de diciembre de 1988, 13 días antes de ser asesinado, Chico Mendes en una
entrevista con Edilson Martins, del diario Jornal do Brasil, afirmó que estaba
amenazado por los propietarios de la fazenda Paraná, Darly Alves y Alvarino
Alves. Desde 1973, esos dos terratenientes tenían orden de prisión en Paraná
(en el sur de Brasil), pero el delegado de la Policía Federal de
Acre, Mauro Spósito, retuvo esa orden de prisión.
La
implicación de la UDR
El
mismo Mauro Spósito, que llegó a acusar a Chico Mendes de tener relación con
una entidad "comunista", la Fundación Ford de EE UU, posteriormente ocupó
cargos importantes en la
Policía Federal.
Un
mes antes de la muerte de Chico, el abogado y terrateniente Joao Branco,
presidente de la UDR
de Acre, estuvo en la hacienda de Darly Alves discutiendo el asesinato de Chico
Mendes, según Genesio Ferreira de Silva, un muchacho que por entonces tenía 14
años y era empleado de Darly. Para muchos Joao Branco fue el verdadero
instigador de la muerte de Chico Mendes y otros líderes sindicales en Acre, y
el auténtico dirigente de un escuadrón de la muerte en la región, encaminado a
suprimir toda oposición a la expropiación y deforestación de la selva. Joao
Branco declaró como testigo en el juicio, pero nunca fue juzgado, y tras pasar
varios meses fuera, esperando a que se calmase la situación, regresó a Acre,
dimitiendo como presidente de la
UDR.
Empates
El 10
de marzo de 1976 los seringueiros organizaron el primer empate (acció no
violenta para impedir la tala de un "seringal", área de selva
explotada sosteniblemente por los recolectores de caucho) en Brasiléia,
municipio próximo a Xapuri, en Acre. Entre 1976 y 1988 Chico Mendes y otros
como Wilson Pinheiro (asesinado el 21 de julio de 1980) organizaron 45 empates,
con un saldo de 400 detenidos, 40 torturados y varios muertos, pero lograron
impedir la deforestación de 1,2 millones de hectáreas de selva. Estas acciones
siempre chocaron con los intereses de los grandes latifundistas.
Pocos
días antes de morir, Chico Mendes, que tenía cuando fue asesinado 44 años,
declaró: "Si descendiese un enviado de los cielos y me garantizase que mi
muerte facilitaría nuestra lucha, hasta valdría la pena. Pero la experiencia me
enseña lo contrario. Las manifestaciones o los entierros no salvarán la Amazonia. Quiero
vivir."
La
muerte de Chico Mendes atrajo la atención internacional sobre la destrucción de
la Amazonia
y la violación de los derechos humanos, acabó con la impunidad absoluta y sobre
todo posibilitó la creación de las llamadas reservas extrativistas.
Vivan los luchadores sociales, vivan los
trabajadores ¡!!!!
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