CAPITALISMO
EN SERIO
Por Hoenir Sarthou
¿Es
porque PLUNA es una empresita aérea de un paisito subdesarrollado? ¿Por eso
pasó lo que pasó? ¿Por eso se fundió tantas veces? ¿Por eso ha sido tan mal
administrada y el Estado tuvo que pagar tantas veces sus cuentas, las
anteriores a VARIG, las de VARIG, las previas a Leadgate, las de la
administración de Leadgate y, ahora, las que nos va a dejar Leadgate?
Lo
que pasó con Leadgate es la crónica de una muerte anunciada. Se tomó como
socio a una empresa “de ocasión”, creada sólo para asumir el control de
PLUNA. Leadgate no tenía trayectoria, ni capital, ni garantías, no pagó
deudas e invirtió casi nada. De modo que, en algún momento, los jerarcas
políticos de la época deberían explicar su decisión de otorgarle el 75% de
las acciones de PLUNA SA y asumir la responsabilidad por esa decisión.
PLUNA-KARMA
Para
ciertas cabezas, lo que viene pasando con PLUNA es una especie de karma,
propio de nuestra pequeñez como país, de lo reducido de nuestro mercado, de
nuestra falta de desarrollo empresarial y de nuestra escasa cultura de
negocios.
Para
esas cabezas, el hecho de que nuestra única línea aérea caiga
sistemáticamente en manos de piratas se debe a que las empresas “grandes y
serias” del mundo no se interesan por una pequeña “papita caliente” como lo
es PLUNA.
Si
no me creen, hagan la prueba. Pregúntenle a cualquier expartidario de la
asociación con Leadgate por qué había que asociarse con Leadgate. Les
contestará que no había otros interesados. Pregunten entonces qué sentido
tenía asociarse con alguien que no asumía las deudas previas, que no ponía
plata (quince millones de dólares para controlar una compañía aérea es un
chiste), que no tenía solvencia, ni garantías, ni referencias. Seguramente
les contestarán que había que asociarse con un privado porque PLUNA perdía
mucha plata por mes. Pregunten entonces quién saneó las deudas de PLUNA antes
de entregarla a Leadgate (tal vez no les contesten, pero fue el Estado). Por
último, pregunten quien se hacía responsable por las deudas futuras que
generara Leadgate, por ejemplo por la compra de aviones y el suministro de
nafta (seguramente su interlocutor ya habrá huído, pero conviene saber que la
garantía era el Estado uruguayo).
Detrás
de esa obsesión por privatizar, como solución para las empresas públicas
problemáticas, subyace una concepción ideológica: la de que las empresas
privadas “son serias y eficientes”, en tanto que el Estado es incapaz e
ineficiente.
Cuando
la cosa falla (como pasó con Leadgate), la explicación es que no se encontró
a una empresa privada lo suficientemente seria y que otro habría sido el
cantar de haber dado con una multinacional “como Dios manda”.
UN
POCO DE TURISMO
Esa
visión optimista, sobre la existencia de un próspero y civilizado mundo de
empresas serias, responsables, respetuosas de los derechos ajenos, cuidadosas
con el medio ambiente, éticas en sus prácticas comerciales y comprometidas
con el medio social en el que actúan, es un espejismo, desmentido hasta por
la más rápida mirada sobre el mundo.
La
crisis que afecta a los EEUU y a Europa fue provocada, en buena medida, por
empresas financieras“serias, eficientes, confiables y prestigiosas”, que en
realidad especulaban sin ningún respaldo real, prestaban sin garantías,
estafaban a sus clientes y accionistas y tenían directores que se robaban
hasta la propina de las limpiadoras.
En
resumen, no hay evidencia de que el “capitalismo en serio” exista. Menos de
que invierta en el Uruguay. Y al parecer tampoco en los EEUU ni en Europa. Es
más, uno puede suponer que el“capitalismo en serio” (si por “en serio” se
entiende no estar dispuesto a cualquier cosa por asegurarse la ganancia) en
realidad no existe.
BASTA
DE CUENTOS
Entregarle
PLUNA a un privado, una y otra vez, para después pagar las cuentas y volver a
buscar otro socio privado, es, en el mejor de los casos, consecuencia de un
prejuicio ideológico: la confianza en el mito de las empresas privadas
confiables y eficientes, o en el “capitalismo en serio”.
El
capitalismo tiene sus reglas. No digo que buenas ni malas. Digo que no hay
que esperar peras del olmo. Si una empresa es rentable, lo será para el
Estado y para un particular. Y, si no es rentable, no lo será para nadie.
¿Por
qué se asoció Leadgate con PLUNA, entonces?
Es
sencillo. Si a usted le dan para administrar un boliche, por chiquito y
fundido que esté, sin poner un peso, es negocio. Usted puede vender los
envases y empeñar los mostradores. Si además le dejan pedir crédito (que otro
va a pagar) el negocio es redondo.
La
cuestión es dejar de engañarnos. La privatización no resuelve la inviabilidad
de una empresa. Más bien atrae a piratas que vienen a rebuscarse con los
despojos.
Es
bueno tenerlo presente en tiempos de tanta euforia con la inversión privada
extranjera y las asociaciones público-privados.
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