John Brennan, Sami
al-Hajj y la tortura de Guantánamo
11.01.2013
NUEVA YORK
(Uypress) - Exige coraje el ir a una zona de guerra por voluntad propia, armado
con un micrófono y una cámara, como periodista. Eso es lo que se disponía a
hacer en diciembre de 2001 el camarógrafo de Al-Jazeera Sami al-Hajj al
ingresar a Afganistán desde Pakistán para cubrir las operaciones militares que
desarrollaba Estados Unidos en el lugar.
Si bien a
su compañero de trabajo se le permitió el ingreso, al-Hajj fue arrestado en lo
que se convertiría en una angustiosa y escalofriante odisea que duraría casi
siete años. La mayor parte de ese tiempo la pasaría como el prisionero número
345, único periodista detenido en la prisión de Guantánamo. Cabe aclarar que
nunca se presentaron cargos en su contra. Al-Hajj se encuentra en libertad en
este momento, de regreso a su puesto de trabajo en Al-Jazeera y junto a su
familia. Sus recuerdos de los horrores vividos durante el período de detención
bajo custodia de Estados Unidos deberían ocupar un lugar central en las
deliberaciones que se llevarán a cabo próximamente de cara a la confirmación
del nombramiento de John Brennan, elegido por Obama como nuevo Director de la
CIA. Han pasado once años desde la apertura de la prisión de Guantánamo y
cuatro años desde que el Presidente Obama prometió clausurarla en el correr del
siguiente año.
Baher
Azmy, director legal del Centro por los Derechos Constitucionales habla sobre
la importancia de que Sami al-Hajj pueda relatar ahora lo sucedido. "La
historia de al-Hajj habla con mucha elocuencia acerca de lo que han sufrido
cientos de detenidos que no pueden contar su historia. Al-Hajj habla con mucha
elocuencia, pero quien lo escucha debe tener en cuenta que no se trata de un
caso excepcional. Dejando de lado el hecho de que su caso fue reivindicado por
tratarse de un periodista de Al-Jazeera, la brutalidad que padeció en
Afganistán, el hecho de que se le impidiera ingresar por motivos políticos o
por haber caído como víctima de un cazador de recompensas, la arbitrariedad de
su detención en Guantánamo y la brutalidad con la que fue tratado allí, es una
historia que podrían repetir cientos de veces personas que poseen voces más
suaves o menos elocuentes que la suya."
Estuve
con Sami al-Hajj el mes pasado en la sede de Al-Jazeera en Doha, Qatar.
Actualmente dirige la oficina de derechos humanos y libertades públicas de la
red. Alto y distinguido con su túnica blanca, vestimenta común para los hombres
en Qatar, al-Hajj me contó, en su mejor inglés, lo que tuvo que resistir.
"Me
llevaron al aeropuerto de Kandahar junto a otras personas. Pasamos cinco meses
en Kandahar. Y allí en Kandahar comenzaron a interrogarme, me preguntaron todo
acerca de mí, desde el comienzo, desde que nací hasta que me arrestaron."
Con grilletes y encapuchado lo empujaron del avión de transporte, cayó y se
quebró la rótula contra el asfalto. A pesar de eso, igual lo obligaron a
caminar hacia un edificio donde había gente gritando. Lo ubicaron en el centro
de un círculo formado por soldados estadounidenses que le apuntaban a la
cabeza.
Quienes
lo interrogaban creían que había filmado la última entrevista conocida con
Osama bin Laden. Sami Al-Hajj afirma haberles dicho: "Les dije: 'No soy la
persona que filmó a Osama bin Laden porque en ese momento yo estaba en Doha. Mi
pasaporte dice eso, y los pasajes también dicen eso. No soy la persona que
buscan. Y no tendría miedo de decir que filmé a Osama bin Laden. Es mi trabajo,
es lo que hago. Si en este momento tuviera la oportunidad de filmar a Osama bin
Laden, lo haría sin remordimientos porque es mi trabajo." Al-Hajj dice que
sus captores reconocieron que tenían al camarógrafo equivocado y prometieron
liberarlo. Sin embargo, permaneció en una prisión bajo custodia de Estados
Unidos en Kandahar durante cinco meses.
El 13 de
junio de 2002, le colocaron grilletes, lo encapucharon y lo llevaron en avión,
según piensa, junto a otras 40 personas, a Guantánamo. Durante el viaje, se les
negó comida, agua y acceso a los baños. Además, se los golpeaba si intentaban
dormir. En Guantánamo, continuaron los interrogatorios.
"Me
dijeron que mi historia estaba limpia, que no tenía nada, pero dijeron: 'Ahora
estás en Guantánamo y esperamos la decisión que tome el Pentágono para
liberarte. Hasta que llegue ese momento, queremos que tengas paciencia y que
cooperes con nuestra gente.'"
Quedó
claro lo que sus captores querían decir con "cooperar": "Me
dijeron: 'Tenemos entendido que quieres estar de nuestro lado, trabajar con
nosotros'. Y empezaron a ofrecerme la nacionalidad estadounidense y hacerse
cargo de cuidar a mi familia si trabajaba con ellos en la CIA. Debía continuar
con mi trabajo en Al-Jazeera y enviarles información acerca del vínculo entre
Al-Jazeera y al-Qaida y los terroristas y algunas personas de Medio Oriente.
Por supuesto que me negué a hacerlo. Les dije: 'Soy periodista y moriré siendo
periodista.'"
Sami
al-Hajj afirma haber sido torturado en repetidas oportunidades. Finalmente,
inició una huelga de hambre de más de 400 días y, como respuesta, fue dolorosa
y violentamente alimentado a la fuerza. No limpiaban los tubos entre prisionero
y prisionero, por lo que estaban cubiertos de sangre.
John
Brennan fue director del Centro Nacional para la Lucha contra el Terrorismo
durante la presidencia de George W. Bush y se dice que fue la primera elección
del Presidente Obama para dirigir la CIA. Brennan dejó de ser considerado para
el cargo debido a las quejas existentes respecto a que había apoyado
públicamente las políticas de la CIA conocidas como "técnicas avanzadas de
interrogatorio" y "rendición extraordinaria". Ahora que están
por comenzar las audiencias para su confirmación como director de la CIA en el
Senado, es importante pensar en el significado real de las expresiones
"interrogatorio avanzado" y "rendición". Es importante
tener presente la historia de Sami al-Hajj.
Por Amy
Goodman, para Democracy Now!
Denis
Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.
Texto en
inglés traducido por Mercedes Camps. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now!
en español
s.p.
Comentarios
Publicar un comentario