BAJO LA NOCHE FRÍA
Omar Moreira, Juan
Errandonea, Eduardo Platero, Esteban Valenti, José Chialanza y Paco Laurenzo
hablan de la muerte de Nibia Sabalsagaray y la participación del Gral. Miguel
Dalmao. Fragmentos de biografía inédita de Marcos Carámbula.
Montevideo Portal –
30 12 14 - Por Pablo Méndez.
Publicamos fragmento sobre el caso Nibia Sabalsagaray,
perteneciente a biografía inédita de Marcos Carámbula, quien examinó el cuerpo
de la militante comunista, durante su velatorio.
Paco y Nibia se conocieron en la militancia estudiantil en
1973, ambos jóvenes comunistas, trabajaron juntos en la campaña para las
elecciones universitarias de setiembre para la que los militares habían
impuesto el voto obligatorio en busca de quitarle peso a los gremios de la
Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay. La dictadura sostenía que
existía una mayoría de estudiantes que no se manifestaban habitualmente y que
rechazaba la línea anti dictadura. Paco Laurenzo integró el equipo de
Propaganda para la campaña. Organizaron actos y distribuyeron información en
todas las facultades. Sabalsagaray era Secretaria de Finanzas del sector
universitario de la UJC. El 10 de setiembre, Nibia cumplió 24 años y dos días
después festejó la victoria de la FEUU en todas las facultades. Fue la primera
derrota electoral de la dictadura. La intensidad de la militancia-y otros
elementos que se desconocen - trajo como consecuencia el noviazgo de ambos
jóvenes en octubre. Nueve meses después empezaron a juntar las cosas necesarias
para casarse. Nibia había estudiado literatura en el IPA, se había recibido en
abril. Hija de una familia obrera de Nueva Helvecia, vivía en Montevideo en un
hogar de Empleados de la empresa Campomar, en Eduardo Acevedo y daba clases en
el Zorrilla. Paco vivía en una pensión en San Salvador y Juan Paullier,
compartían un barrio.
Durante el noviazgo, fueron varias veces a Nueva Helvecia, a
conocer a la familia de Nibia, al casamiento de su hermano Juan y al cumpleaños
de 15 de su hermana Stella. La madre de Nibia murió en el parto de su hermana
menor, por lo que se criaron en casa de su abuela materna. Nibia, la hermana
mayor, quedó como referente. “Ella fue alumna mía en 3º, 4º y 6º de liceo, yo
la preparé para el IPA, después ella siguió en contacto con nosotros. Venía
todos los sábados cuando era estudiante del IPA, incluso cuando se recibió que
ya se largaba sola porque estaba para casarse. También fue profesora de inglés,
yo le conseguí para que diera clases antes de la edad establecida. Creo que
eran 21 años, ella dio clases antes de tener la edad correspondiente en
Valdense a un grupo de 4º”[1]. “Cada vez que pienso en Nibia yo digo “un
pajarito”, una botija tierna, muy firme en sus ideas, pero muy dulce y con
muchos deseos de algo que ahora es difícil de encontrar, tenía deseos de ser
culta”[2].
El cuerpo de Nibia lo entregó el sub comisario Eduardo
Tellechea, del Departamento Nº 2 de la Dirección Nacional de Información e
Inteligencia, el sábado 29 de junio de 1974. Al mediodía, llamaron al Hogar
donde vivía desde el Hospital Militar y luego llamaron a Nueva Helvecia. Olga,
la hermana de Paco Laurenzo fue a buscar el cuerpo y le avisó a Marcos. Paco
estaba en Paysandú, hacía diez días que había sido liberado, tras una detención
de un mes y medio en el 6º y 9º de Caballería. Desde Paysandú, Paco le había
mandado una batería de cocina para el “apronte” del casamiento, gesto que fue
vivaz y reiteradamente comentado por Nibia días antes de su detención. “Nibia
era una chiquilina de una gran alegría, de una gran simpatía, muy extrovertida.
Recuerdo que hacía poco habíamos estado todos reunidos y ella con sus planes de
casamiento, por su forma de ser no creíamos que se hubiera suicidado”[3].
[1] Entrevista a Omar Moreira, profesor de literatura, abril
2009.
[2] Entrevista a
Eduardo Platero, entonces estudiante del IPA y militante comunista, agosto
2009.
[3] Declaraciones de
Marcos Carámbula en el juzgado penal de 10º turno, junio 2005.
El certificado de defunción lo firmó el Dr. José Mautone, al
igual que el de los militantes comunistas Álvaro Balbi y Hugo de los Santos.
Dos días antes de morir, Nibia escribió una carta a Paco en la que le decía que
no iba a poder ir a Paysandú, agregándole con otro tipo de tinta que los
militares habían estado interrogándola en su cuarto. La misma noche en que fue
detenida, Nibia fue a visitar a la hermana de Paco. “Ella estaba en casa de mi
hermana el 28 de junio, incluso hasta tarde en la noche y mi hermana le
insistió que se quedara pero ella prefirió irse porque no se qué tenía que
hacer al otro día. Vuelve al hogar y al rato la detienen”[4]. En el Hogar de
Eduardo Acevedo se estaba festejando un cumpleaños. Nibia llegó y estuvo un
rato con sus compañeros. Sobre las dos de la mañana, dos personas vestidas de
civil y tres militares la fueron a buscar, la detuvieron, le permitieron ir a
su pieza para agarrar abrigo y la llevaron al Batallón de Transmisiones Nº 1 en
Cno. Casavalle. Esa noche también estuvieron en el domicilio de Esteban
Valenti-que había integrado la Secretaría de Propaganda con Paco Laurenzo — se
quedaron en su casa durante una semana, un oficial, un alférez y tres soldados.
Los operativos estaban a cargo del Organismo Coordinador de Operaciones
Antisubversivas (OCOA) y según el entonces Jefe del Batallón de Transmisiones
Nº1, el Teniente Coronel (r) José Chialanza, el ex capitán Mario Segnini
participaba en los operativos junto con la OCOA, en representación de la unidad
que él dirigía que colaboraba en las detenciones. “El cuartel era un poco el
mandadero, nos pedían que guardáramos el secreto”[5]. Segnini no estaba en esos
días en la Unidad porque estaba suspendido por un “accidente” con un arma.
Quedaba en su lugar Miguel Ángel Dalmao, que en esa época era Alferez.
“La versión oficial niega cualquier tipo de interrogatorio-
señala el abogado de la familia Sabalsagaray-ellos no dicen que fue interrogada
y después se suicidó, dicen que la detienen de madrugada y después la llevan al
calabozo y que al mediodía, cuando la van a buscar para interrogar, se encuentran
con que estaba muerta. Fue a declarar un testigo, que no lo llevamos nosotros,
tomó directamente contacto con el juez. Es un muchacho que era militar en esa
época, que había estado en la Escuela de Comunicaciones que funcionaba al lado
del cuartel. Lo que él declaró coincide directamente con la versión de los
testigos nuestros. Estaba de guardia en el cuartel esa noche y recuerda que
entró la camioneta, identificó a Antraing Ohannessian[6] que estaba adentro y
vio a una muchacha que la tenían parada al borde de una fosa, como la de los
talleres, encapuchada con los focos de la camioneta apuntándole a ella
directamente, como una especie de ablandamiento previo. Como a las cinco o seis
de la mañana, otro muchacho como él que estaba de guardia le dice ´mirá que
cosa tan rara esto´ y miran por la mirilla del calabozo y estaba Nibia muerta.
Para él estaba muerta, pero no estaba colgada ni nada por el estilo. Después se
enteró de la versión del suicidio. Este testigo lo que hace es cuestionar la
versión de que estuvo en depósito todo ese tiempo, él transmite que la tuvieron
detenida, hicieron el ablandamiento en el plantón. La versión oficial no dice
nada de eso. Después la ve, para él muerta en el calabozo porque no se movía y
estaba en una posición extraña y unas horas después se encuentra con la versión
de que estaba ahorcada, pero no es que la vio ahorcada, la ve muerta, sin
pañuelo ni nada. Se ve que después que la mataron estuvieron unas horas viendo
qué hacer y resolvieron dar la versión del suicidio”[7].
[4] Declaraciones de Francisco “Paco” Laurenzo en el juzgado
penal de 10º turno, junio 2005.
[5] Declaraciones de
José Chialanza en el juzgado penal de 10º turno, febrero 2006.
[6] Ohannessian era
integrante de la OCOA, al igual que Segnini y pertenecía al Batallón de
Comunicaciones Nº1, actualmente está detenido en Argentina,
esperando trámite de
extradición.
[7] Entrevista con
Juan Errandonea, abogado de la familia Sabalsagaray, abril 2009.
Nibia fue trasladada al calabozo número tres, una pieza en
la que no cabía más que la cama y dos o tres personas paradas al costado. En
una de las paredes laterales, había un gancho que estaba arriba de la cabecera
de la cama, a un metro ochenta del piso, que servía para plegar la cama. La
versión de los militares señala que encontraron el cuerpo arrodillado en el
piso, mirando hacia la cama. Cuando llega un médico militar, Alberto Sitkewich,
encuentra el cuerpo de Nibia sobre la cama, acostada boca arriba, había sido
movido por los militares que la encontraron.
José Chialanza declara que vio a Nibia “aflojar las manos” y
que la policía técnica le comunicó que ése fue el momento en que murió. Pero el
testimonio de Sitkewich ante la sede judicial sostiene que vio a la joven sobre
el mediodía y que la encontró “evidentemente fallecida desde hace un tiempo (…)
“Recuerdo que ella estaba fría, yo diría que llevaba dos horas de
fallecida”[8].
Chialanza insiste en que no fue interrogada y desmiente la
versión que circuló sobre que Dalmao la torturó y “se le fue la mano”[9]:
“Dalmao no la interrogó porque para interrogarla tenía que estar presente yo,
él estaba a la orden. Yo no sabía ni cuál era la acusación (…) no dio el tiempo
para interrogarla, ella llegó en las primeras horas de la mañana, no fue
interrogada”[10].
“La versión contradictoria, justamente es la de Dalmao que
era Alférez, el grado más bajo, recién egresado y es él el que firma el informe
de la justicia militar diciendo que entró al calabozo y la encontró colgando de
un pañuelo[11], eso es lo que dice Dalmao en ese momento, pero ahora cuando va
a declarar, siendo General en actividad, dice que se acuerda por comentarios en
el cuartel que se había ahorcado pero para nada dice que él había tenido esa
intervención. El juez tampoco le pregunta sobre la contradicción, porque Dalmao
por ser general en actividad contestó por escrito no hubo intercambio y quedó
por ahí, además como por la Ley de Caducidad no podía ser juzgado el juez
tampoco quiso seguir para adelante. Nosotros tenemos la sospecha, aunque para
nosotros es irrelevante que a Dalmao de alguna manera le metieron una carga
encima que no era de él, porque ahí en el cuartel había dos capitanes que eran
Segnini y Ohanessian que trabajaban en inteligencia que todo parece indicar que
eran los que llevaban adelante los interrogatorios. Llama la atención que justo
al que le hacen firmar el informe ante la Justicia militar sea un alférez del
grado más bajo. Uno puede tener la sospecha de que en realidad lo obligaron o
le dieron la orden de que firmara el informe, pero eso es lo que tendría que
declarar él en el juzgado donde ni siquiera hizo referencia al informe”[12].
[8] Fallo del juez Vomero, 8 de noviembre de 2010.
[9] Esa versión llegó
al juzgado por el testimonio de Raúl Pitaluga, quien señaló que un soldado le
hizo ese comentario.
[10] Entrevista a
José Chialanza, febrero 2010.
[11] En el informe,
Dalmao dice que encontró a “la prisionera” arrodillada en el piso y colgando de
un pañuelo. El informe no es preciso considerando que si está arrodillada en el
piso, no está colgando y si no está colgando no pudo ahorcarse.
[12] Entrevista a Dr.
Juan Errandonea, abril 2009.
El domingo 30 de junio de 1974 Carámbula esperó el regreso
de Paco Laurenzo desde Paysandú y salieron desde Montevideo a Nueva Helvecia.
Paco Laurenzo, Roberto Markarián y Marcos Carámbula, viajaban en una meharí
conocida como “la jabonera” conducida por Fernando Britos.
“Un sábado estábamos reunidos acá en Nueva Helvecia y llegó
la noticia. Un amigo de ella vino a avisarnos. Porque en Nueva Helvecia, más
allá de la concordancia en lo ideológico, había un tipo de solidaridad y de
intercambio. Vino a avisarnos más o menos a las cinco de la tarde y en el
pueblo empezó a saberse, se trataba de una familia muy querida y ella misma era
una persona muy querida. Después trajeron al cuerpo y al otro día llegó la
gente de Montevideo, vino Marcos y con autorización de la familia abrieron el
cajón”[13].
“Había una orden de las Fuerzas Armadas, que no se podía
abrir-recuerda Marcos - estando en Nueva Helvecia los familiares, que no
aceptaban que se hubiera suicidado, se movieron en Colonia para ver si se le
podía hacer una autopsia. No recuerdo a qué médicos consultaron, pero les
decían que no, que si no había una orden del juez, no hacían la autopsia. Hicieron
gestiones en Colonia Suiza y Rosario y no encontraron a nadie. Yo estaba
estudiando, me quedaba un sólo examen y me ofrecí”[14].
“En ese momento yo estaba en la vereda-recuerda el profesor
Moreira- como estábamos tantos compañeros cuando la entregan a un grupo de
Montevideo. Había un clima de una enorme tensión, de dolor, de silencio, de
angustia, con esa enorme sospecha, certidumbre, de que no era un suicidio pero
tampoco se tenía ninguna implicación, ahí quedaba un misterio. Todo el mundo
sospechaba o creía lo peor. Recuerdo que allí se dijo lo que se iba a hacer y
que aquel estudiante, Marcos, era el que había asumido esa responsabilidad de
hacerlo con el respaldo de familiares y amigos sumamente cercanos. Enseguida
corrió entre toda la multitud, se supo lo que se sabía a voz baja, por el
rumor. Y se empezó a repartir la certidumbre de lo que decía Marcos. Era un
momento delicadísimo”[15].
“Lo único que yo podía hacer era una descripción somera de
lo que veía desde afuera, no era una autopsia sino un reconocimiento del
cuerpo. Era una muchacha de 24 años, éramos muy amigos, era un clima de tensión
muy grande el que vivíamos, con la vigilancia de los militares alrededor. Yo lo
que hice fue recordar lo que veía, notoriamente había golpes, equimosis en distintas
partes del cuerpo, en los brazos, no se apreciaban lesiones óseas, si lesiones
típicamente producidas por golpes, que no tienen nada que ver con lesiones post
mortem, eran claramente moretones producto seguramente de golpes en distintas
partes del cuerpo. Nibia tenía una herida erosiva en el cuello, era un zurco
erosivo, no hundido, era claramente visible. No había señales de violencia
desde el punto de vista sexual. Vi señales de golpes con moretones extendidos,
la cara conservada tal cual era Nibia. De noche hablé con el Dr. Julio Arzuaga,
que era profesor, decano de la Facultad y profesor de medicina legal. Cuando le
conté lo que había visto, él fue contundente al decirme que eso no era
suicidio. Yo les dije a los familiares que lo que podía hacer era recordar lo
que había visto y consultar con un médico forense y fue lo que hice”[16].
[13] Entrevista a Omar Moreira Profesor de Literatura de
Nueva Helvecia, abril 2009.
[14] Declaraciones de
Marcos Carámbula en el juzgado penal de 10º turno, junio 2005.
[15] Entrevista a
Omar Moreira, abril 2009.
[16] Declaraciones de
Marcos Carámbula al juzgado penal de 10º turno, junio 2005.
“Ese gesto del año 74, luego trajo toda la repercusión y hoy
tiene los resultados que tiene. Era un clima de suma opresión y se resolvió
eso. Fue un gesto valiente, Marcos tuvo el coraje de hacer lo que se había
prohibido hacer y tiene que haberse sabido porque indudablemente como había
tanta gente, había allí quienes se lo harían conocer a las líneas de
información[17].
Para Esteban Valenti la versión de lo militares constituyó
de por sí, una ofensa imperdonable: “Es el peor insulto de todos. Después de
haberla matado, haber dicho que se suicidó. Eso es una de las agresiones más
bajas, más miserables, más cobardes que se pueda haber hecho”[18]. El caso fue
abierto en setiembre de 2004, por Estela, la hermana menor de Nibia, que
buscaba una instancia judicial donde quedara comprobado que Nibia había sido
asesinada. Se contactó a fines de 2003 con el Dr. Juan Errandonea. Nunca se
había hecho nada ante la Justicia, sólo existía la instancia del juzgado
militar, que en 1974 dijo que se trató de un ahorcamiento. La causa en la
Justicia Penal se abrió con el testimonio de Marcos Carámbula, Paco Laurenzo y
Antonia Yañez, amiga de Nibia. Como el caso podía estar dentro de la Ley de
Caducidad se realizó la consulta al Poder Ejecutivo que impone la Ley[19]. Ya
en el gobierno de Tabaré Vázquez, el juez Rolando Vomero, consultó al Poder
Ejecutivo, quien respondió que el caso sí estaba amparado por la Ley de
Caducidad que protegía a los militares y policías pero se podía avanzar en la
investigación en cuanto a la participación de civiles en el hecho. Así,
concurrieron a declarar en calidad de testigos, Miguel Dalmao-que respondió por
carta, el capitán José Pedro Araujo, el médico militar Alberto Sitkewich, José
Chialanza y Mario Segnini[20].
[17] Entrevista a Omar Moreira, abril 2009.
[18] Entrevista a
Esteban Valenti, marzo 2010.
[19] La Ley de
Caducidad-ratificada en 1989 y 2009 por consulta popular- prevé en su art. 4
que el juez de la causa debe consultar al Poder Ejecutivo si considera que un
caso está o no amparado por la ley. El artículo pasa por encima el principio de
separación de poderes.
[20] Al ser
consultado Felix Linfante, abogado de Antraing Ohanessián en Buenos Aires, dijo
que sólo pesa sobre su cliente un pedido de extradición por parte de Italia en
la causa que investiga el fiscal Giancarlo Capaldo por el asesinato de
ciudadanos italianos en el marco del Plan Cóndor. Ohanessián nunca fue indagado
por el caso Sabalsagaray desde que fue detenido en el aeropuerto de Ezeiza, en
marzo de 2008.
En octubre de 2009, la Suprema Corte de Justicia declaró por
unanimidad la inconstitucionalidad de los artículos 1, 3 y 4 de la ley de
Caducidad para el caso Nibia Sabalsagaray[21]. “En la medida en que los
derechos humanos son inherentes a la dignidad humana, ellos limitan la
soberanía o potestad estatal, no pudiendo invocarse esta última para justificar
su vulneración o para impedir su protección internacional, no pudiendo
invocarse el principio de no intervención cuando se ponen en ejercicio las
instituciones, los mecanismos y las garantías establecidas por la comunidad
internacional para asegurar la protección y garantizar el ejercicio efectivo de
los derechos de toda persona y de todas las personas que forman parte de la
humanidad” [22]. El recurso había sido presentado por la fiscal Mirtha Guianze
en octubre de 2008.
“El juez, hablando con él en privado y el puede desmentir
esto que yo estoy diciendo, pero es así, el decía que pensaba que podía haber
sido suicidio porque él había tenido muchos casos de presos políticos que se
habían suicidado y yo le decía sí, pero después de cuántos meses de tortura o
de cárceles- cuestiona Errandonea- eso puede tener su lógica pero a las ocho o
diez horas después de haber sido detenido en el año 74, no tiene ninguna lógica
que una militante política opte por suicidarse así es una cosa que rompe los
ojos. Cuando yo le decía ese argumento no me decía nada, porque ha habido casos
de suicidios en el Penal de Libertad, pero es gente que ya llevaba años presa
que se desequilibró y es otro cuadro distinto. Una muchacha con pocas horas
presa lo primero que atine a hacer es suicidarse…. Después hay otro argumento
que tira por tierra la versión oficial, que son los propios informes de Amnisty
y la Cruz Roja que siempre sostuvieron que las Fuerzas Armadas tenían una
política sistemática con los detenidos que consistía primero en el
ablandamiento, primero el plantón la capucha, la picana eléctrica, el
submarino, era una política sistemática. No existía eso de detener a alguien y
dejarlo en un calabozo ocho horas, eso es irreal. El hecho de que la versión
oficial niegue que Nibia fue torturada, por si solo lo desacredita porque sería
el único caso en los miles de presos que hubo en Uruguay en que la detienen y
la llevan a un calabozo como si estuviera en una comisaría de barrio, no tiene
lógica ninguna”[23].
[21] La SCJ se expresa por el caso específico por el que se
la consulta.
[22] Fallo de la SCJ
19 de octubre de 2009 — Sentencia Nº 365. La cita particular es de Humberto
Nogueira, citado por Martín Risso Ferrand, Derecho Constitucional, pp. 114 y
115.
[23] Entrevista a
Errandonea, abril 2009. El juez Vomero fue consultado en octubre por este punto
específicamente pero no quiso abrir opinión teniendo en cuenta que había una
investigación en curso, aún no había dictado el procesamiento. En cuanto a su
hipótesis sobre si se trata o no de un suicidio respondió: “Yo no digo ni que
sí, ni que no”.
José Chialanza y Miguel Ángel Dalmao fueron procesados con
prisión por homicidio especialmente agravado, el 8 de noviembre de 2010. El
fallo del juez Vomero se basó en las diferentes contradicciones entre los
militares, en el hecho de que eran los integrantes de inteligencia los que
participaban en los interrogatorios y en el informe forense del doctor Domingo
Mederos que determinó que no era posible que la militante se hubiera suicidado,
tal como se relata el hallazgo del cadáver. El 3 de noviembre, Carámbula volvió
a declarar ante la sede judicial donde fue consultado nuevamente por la
revisión que hizo del cuerpo de la joven, específicamente sobre si tenía o no
señales de que se le había realizado una autopsia, a lo que Carámbula respondió
que no. Entre las principales contradicciones entre los militares se encuentra
la hora de la llegada a la unidad, mientras algunos aseguran que la vieron
llegar en la madrugada, otros dicen que fue sobre las ocho de la mañana, como es
el caso del entonces capitán José Pedro Araujo. Otro testigo militar señala que
se enteró de la muerte de la joven a las siete de la mañana, a la vez que el
médico pediatra que la revisó en un primer momento, da cuenta que murió por lo
menos a las diez de la mañana.
El procesamiento de Miguel Ángel Dalmao causó críticas desde
los más diversos ámbitos, dado que no hay ningún testimonio que diga que Dalmao
haya sido quien torturó a Sabalsagaray, ni que la haya matado. Si
bien estaba a cargo
de Inteligencia -por la suspensión de Segnini- y era Inteligencia quien hacía
los interrogatorios, el hecho de que tuviera 20
años en el momento de
los hechos y que fuera un alférez, hace presumir a muchos-y entre ellos a
Errandonea- que Dalmao estaba cubriendo a
otro militar. Tal es
el caso del senador Eleuterio Fernández Huidobro: “En lo que me es personal,
estoy absolutamente seguro de que fue
asesinada. Es posible
que la hayan asesinado en otro lado y la hayan hecho aparecer ahí, pero es
seguro que no fue (Dalmao) (…) Dalmao
está tapando a los
que realmente fueron, porque un alférez con ese grado y con esa edad en aquella
época de ninguna manera puede haber sido responsable de eso (…) A los
verdaderos responsables los está
encubriendo Dalmao.
Es una suposición mía basada en el conocimiento que tengo de cómo funcionaban
las cosas en los cuarteles. Un alférez no
puede ser responsable
de eso” .
El sábado 13 de noviembre de 2010 un funcionario de
Inteligencia se
comunicó con Juan,
uno de los hermanos de Nibia, para decirle que podían ir a retirar la placa. Se
trataba de una placa que habían colocado
en 1975, en un
homenaje a Nibia a un año de su muerte. La placa fue hurtada horas después del
acto y devuelta a su familia 25 años más tarde, decía “Caída en la lucha por la
justicia social”.
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